Inauguración de Centro Oncológico | 18/11/2019
Discurso de Elena Bonatti
Elena Bonatti se refirió a su madre en el discurso de inauguración del Centro Oncológico de Curuzú Cuatiá:

La Sra. Elena Bonatti quiere transmitirles su profundo agradecimiento por la muestra de afecto que recibió el  viernes 15, en la inauguración del Centro Oncológico Anna Rocca de Bonatti. Fue sin dudas un día de fiesta, el sueño del Centro finalmente se concretó.

A continuación compartimos su discurso:

“Buenos días a todos, finalmente llegó el día de la inauguración del centro que dediqué a mi madre Anna Rocca de Bonatti. Como todos saben, ella era una gran amante de Corrientes y aquí pasó sus días más felices. Ella además fue una fantástica madre de 5 hijos y aquí estamos todos para rendirle homenaje.

Era una mujer pequeña pero con un gran carácter, enfrentando siempre la vida y los problema en positivo. Esto para mí fue una gran enseñanza sobre todo desde cuando me enfermé de cáncer. Yo creo firmemente en la fuerza y educación que los antepasados nos han dado y por eso he decidido hacer este centro que seguramente le hubiera gustado mucho a mi madre y a mis abuelos.

Hay cosas tan inexplicables que me hacen pensar que tal vez en la vida hay misterios que no conocemos y de los que únicamente entenderemos el significado cuando estaremos del otro lado.

La vida no tendría sentido si de verdad existiera la muerte. A mi edad puedo decir que estoy del otro lado de la juventud, pero no le tengo miedo a la muerte. Solamente le tengo miedo a la vida cuando desperdicio momentos preciosos.

No sé cuántos años más me regalará la vida, pero eso no cambia mucho. Yo trato de alegrarme por todo lo que me rodea y de vivir cada instante.

En la vida de cada uno de nosotros sucede un evento a partir del cual aprendemos a medir la vida en intensidad en momentos no en años.

Puede parecer absurdo, pero el dolor es capaz de hacer exactamente lo mismo. El sufrimiento propio y el de nuestros seres queridos nos enseña cuánto dura realmente un instante. El dolor nos enseña a dar un propósito a la vida. Pero necesitamos alguien que nos acompañe en el dolor, necesitamos abandonarnos en manos capaces para no sentirnos abandonados.

Este centro oncológico lo pensé después de la muerte de mi mama, después del dolor por su muerte y después de haber experimentado directamente lo que significa estar en las manos de los doctores.

El propósito de este centro es que sea un lugar en el que todos, además de las medicinas, puedan recibir un gesto de amor. Un lugar en donde quien sufre, quien está triste, sea este un niño o un padre, pueda recibir una caricia, unas palabras de comprensión y una sonrisa. Son gestos pequeños, casi sin valor, pero no imaginan lo importantes que son. Son gestos de esperanza que enriquecen al que los recibe y aún más enriquecen al que los da.

El propósito de este hospital es que nadie pierda nunca la esperanza. Es que nadie pierda nunca el amor a la Vida.
Gracias”. E.B.R.

Fuente: Fundación Ana Bonatti

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