Sus declaraciones fueron tras aterrizar en el aeropuerto internacional de Fiumicino, en Roma, donde dialogó brevemente con la prensa y respondió preguntas. Entre ellas, aquellas que se referían a cuando viajará a su país. "Me gustaría ir, es mi pueblo, pero aún no está decidido", contestó al respecto.
En el último año, el Papa manifestó en reiteradas oportunidades su deseo de volver a Argentina. Una de las últimas veces fue en enero, durante un reportaje en el Canal 9 de la capital italiana, donde aseguró por caso que tenía intenciones de viajar en el segundo semestre de este año. Por este motivo se especuló con que septiembre podía ser una fecha tentativa para su vuelo. Sin embargo, a pesar de los supuestos, este viernes el sumo pontífice aclaró que todavía no hay precisiones sobre cuándo será.
A su aterrizaje, Francisco también se refirió al contexto que atraviesa Venezuela tras el fraude en las últimas elecciones y pidió que las autoridades hagan "las paces". "No he seguido la situación en Venezuela, pero el mensaje que daré a los gobernantes es que dialoguen y hagan las paces. Las dictaduras no sirven de nada y acaban mal, tarde o temprano", dijo. Y agregó: "Lean la historia de la Iglesia... Diré que el Gobierno y el pueblo hagan todo lo posible por encontrar un camino de paz en Venezuela. No puedo dar una opinión política porque no conozco los detalles. Sé que los obispos han hablado y el mensaje de los obispos es bueno".
Con respecto a Argentina, el Papa está muy pendiente de la situación social, económica y política que atraviesa el país y lo corrobora cada dirigente que lo visita en Roma. Incluso se conjeturó este año en fuentes eclesiásticas y políticas que una eventual demora en su hipotética gira por Argentina y Uruguay -así se estipuló la hoja de ruta- podía estar relacionada no solo con su salud si no con su desacuerdo sobre el plan del gobierno de La Libertad Avanza, en particular en el plano económico.
Fuentes bien informadas explicaron, sin embargo, que el Papa está dispuesto a dejar de lado su disconformidad con el programa de gobierno de Javier Milei para volver a visitar su nación. Y que su dolencia en una de las rodillas es un tema serio que lo aqueja especialmente. A un dirigente con el que se reunió hace algunos meses en el Vaticano le dijo que no estaba en condiciones de operarse porque los médicos le habían explicado que no era conveniente someterlo a una intervención con anestesia general.
Francisco tuvo, de hecho, un guiño particular con el presidente cuando lo recibió en audiencia privada, a solas, en el Palacio Apostólico en febrero pasado. Fue el primer mano a mano después de la batería de agresiones que el jefe de Estado argentino le dedicó durante la campaña presidencial. A pesar de eso, el Papa mantuvo con él una reunión de algo más de 60 minutos, mucho más duradera que las que le ofreció, por caso, a otros mandatarios como Mauricio Macri o Alberto Fernández. Y se fotografió sonriente.
No obstante, en los últimos meses, el vínculo entre Roma y Buenos Aires no tuvo mayores sobresaltos, pero tampoco demasiada actividad. En noviembre, la canciller Diana Mondino viajará a Italia para conmemorar con su par chileno el tratado de paz entre ambos países junto al Pontífice.
Fuente: Diario Época
13 de octubre - DEL ESTE 1
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