Si bien la hipótesis más fuerte es que la muerte de los cetáceos se deba a las biotoxinas de la denominada Marea Roja -ingeridas con su habitual alimentación- los análisis aún no encuentran en las necropsias un hilo conductor real que marque el porqué de los decesos, lo que causa enorme preocupación en un momento en que el recurso turístico de avistaje se encuentra en pleno desarrollo.
Desde Fauna y Flora Silvestre de la provincia se ha señalado que “por el momento la hipótesis más firme sigue siendo la ingesta de la toxina de marea roja, la que en esta temporada marca valores muy altos en toda la costa del Chubut”, lo que derivado en el alerta a la población por el eventual consumo de mariscos bivalvos y hasta ha suspendido el consumo de agua desalinizada que se utiliza en Puerto Pirámides, recalcando que “no debe tomarse ni utilizarse en la preparación de alimentos”.
El alerta por la muerte de ejemplares se disparó el viernes pasado ya que, luego de un primer hallazgo de seis ballenas muertas en el transcurso de la semana, ese día se sumaron otra tres, lo que sorprendió a biólogos y agilizó la toma de muestra para análisis de los primeras ballenas encontradas, situación que se agravó durante la jornada del sábado luego de aparecer un décimo ejemplar muerto en cercanías de Punta Pardela.
Mientras se agilizan los pedidos de laboratorio para conocer a ciencia cierta los motivos de los decesos, casos que se sucedieron en sectores marinos cercanos a Península Valdés, crece también la incertidumbre y preocupación entre operadores turísticos, temiéndose además que ante los altos valores de toxina de la actual marea roja en la zona, puedan producirse nuevas muertes entre los ejemplares de Ballena Franca.
fuente: Crónica Comodoro Rivadavia
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