| 12/05/2020
12 de mayo: D铆a Internacional de la Enfermera y del Enfermero
Con el lema “Una voz para liderar llevando al mundo hacia la salud’, este 12 de mayo conmemoran su día nivel mundial los enfermeros y enfermeras del mundo.

La ampliación del rol de las enfermeras y enfermeros en la atención primaria de salud y en todos los ámbitos de la salud en el contexto del Covid -19 enfatizó el fortalecimiento y ampliación de los servicios de atención primaria de salud, en función de la estrategia de recursos humanos para el acceso universal a la salud y la cobertura universal de salud. Así como refuerza el concepto del rol de las enfermeras y enfermeros de práctica avanzada liderando el servicio sanitario como uno de los primeros en hacer frente a la pandemia mundial del COVid- 19.

El día internacional de la enfermera/o se conmemora el 12 de mayo porque se recuerda el nacimiento de Florence Nightingale, quien fuera fundadora de las escuelas de enfermería profesionales.

Florence provenía de una familia de buena posición. Nació en Florencia, Italia, por eso fue llamada con ese nombre pero su infancia transcurrió en Londres. Su padre, William Nightingale era un adinerado y progresista terrateniente, militante antiesclavista. Consideraba que las mujeres podían aspirar a otro destino aparte del matrimonio, por eso dio a su hija una educación amplia, sólida y universalista: lenguas clásicas, italiano, historia, matemática. Sin embargo, cuando Florence manifestó su deseo de ser enfermera, no tuvo el visto bueno de su familia, dado que esa tarea no era compatible con su procedencia social. Demostrando una enorme fortaleza de carácter y decisión se embarcó en la ardua tarea de asistir a los enfermos y además de generar conciencia, no sólo en otras mujeres que la siguieron sino también en un sistema y una sociedad que las excluía como profesionales. Fue una pionera de la enfermería moderna.

A mediados del siglo XIX, el Reino Unido desplegó a fondo su política imperial. Entre 1853 y 1856 los imperios ruso y turco se enfrentarían en Crimea, una provincia ucraniana ubicada entre el mar Negro y el mar de Azov. Los británicos y los franceses, temerosos de la expansión de los rusos, apoyaron a los turcos. La plaza fuerte de Sebastopol fue el centro de operaciones. Fue asediada durante un año y hubo numerosas bajas además de una epidemia de cólera que diezmó a los combatientes. En este escenario Florence ofreció sus servicios, presentándose con un grupo de enfermeras voluntarias. Era la primera vez que se permitía la entrada de personal femenino en los campos de batalla. Desempeñó una brillante labor: consiguió bajar la mortalidad en los hospitales militares de un 42 a un 2% reformando los controles sanitarios gracias a sus conocimientos matemáticos. A pesar de que hubo intentos para desacreditarla, los informes del Times elogiaron su labor y rescataron las figuras del soldado y de la enfermera que, a los ojos de la opinión pública, se convirtieron en los verdaderos héroes de la guerra. La imagen de la enfermera se había transformado.

Florence enfermó de cólera y debido a ello tuvo que regresar a Londres en 1856 donde fue recibida con grandes honores. Luego comenzó una campaña para mejorar la calidad de la enfermería en los hospitales militares, que se coronó con la formación de una universidad médica militar. Fue invitada a pertenecer a la Sociedad Estadística Real porque se la considera una innovadora en la recolección, tabulación, interpretación y presentación de las estadísticas descriptivas. Demostró que la estadística era aplicable en la organización y la comprensión de las prácticas quirúrgicas y médicas.

En 1860, con fondos aportados por familias ricas, fundó la “Escuela y Casa para Enfermeras Nightingale” en el St. Thoma’s Hospital, con la cual, se afirma, se inició la formación profesional en el campo de la enfermería. En 1874 fue nombrada miembro honorario de la Asociación Americana de Estadística. Su salud fue deteriorándose y en sus últimos años requirió cuidados permanentes. Fue la primera mujer en recibir la Orden del Mérito otorgada por el gobierno británico en 1907. Luego de una larga vida falleció en 1910.

Su legado fue invalorable. Su sistema de formación se replicó en las principales ciudades y capitales del mundo, tanto en América como en Europa y muchas veces su semilla se multiplicó lamentablemente al amparo de otras guerras. Dejó numerosos escritos y quedó representada como la “dama con el farol” como imagen de la persona que cuida a los enfermos en la mitad de la noche para aliviar su sufrimiento.

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