El muchacho había solicitado una carga de $100, pero por error involuntario de una empleada del kiosco su saldo pasó a ser de $1000.
El cliente “favorecido” lejos estuvo de aprovecharse de la situación y se ofreció voluntariamente ir pagando la carga extra, de 900 pesos. Esa promesa la cumplió y así evitó que la trabajadora del comercio pueda tener como consecuencia una eventual pérdida de su fuente laboral.
El responsable de ese hecho destacable es Marcos Morilio, que en su cuenta de Facebook publicó al respecto: “la satisfacción de hacer lo correcto. La chica ni se acordaba de mí, le descontaron pero, por suerte, no la echaron. Por poco se me pone a llorar”, posteó.
“Todavía no caía en lo que pasaba, pero le dije que no se preocupara, que le iba a ir pagando porque al final de todo ocupo la SUBE. Y entiendo el esfuerzo que cada uno le pone al trabajar y al conseguir trabajo”, agregó.
Fuente: Radio Dos
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