| 21/04/2017
Droga: “Yo personalmente como obispo estoy muy preocupado y ocupado”
El obispo Adolfo Canecín, en entrevista exclusiva se refirió a su visita pastoral, a la droga y al caso “Pacheco”, entre otros temas.

“Estoy muy contento de estar aquí, no es la primera vez que vengo ya estuve con motivo de las fiestas patronales de la virgen del Rosario, de San Ramón, de Pompeya, estuve también en otras ocasiones con motivo de las confirmaciones. Voy a regresar dentro de poco, de tres días, por las confirmaciones de Mocoretá y de las parroquias de Monte Caseros.

Esta vez estoy realizando lo que se llaman las visitas pastorales.

La visita pastoral es una institución que en la Iglesia está desde los primeros momentos. Uno cuando lee la biblia sobre todo en el Nuevo Testamento, San Pablo fundaba una iglesia ponía al frente a los responsables y él cada tanto o escribía una carta o personalmente llegaba para ir apuntalando, chequeando, conociendo, por lo tanto esto de la visita pastoral está desde que la iglesia nació como tal. Los pastores, el obispo es el pastor de la iglesia diocesana, tenemos el derecho y deber de recorrer toda la geografía diocesana. Tenemos 25 unidades pastorales o parroquias, en toda la geografía diocesana.

Al frente de cada una de las parroquias generalmente está un párroco, un sacerdote, diáconos, consagradas. En ésta visita pastoral lo que hacemos es venir y nos arman un cronograma de visita, tanto en lo intraeclesial como la sociedad como tal, para conocer todo lo que acontece dentro de ese espacio o jurisdicción que visitamos.

El afán es conocer para poder servir pero también en éste conocer ir haciendo una reseña de toda la visita porque cada obispo del mundo hace cada 5 años una visita al Papa. El Papa es el pastor universal y hace las veces de Pedro, el príncipe de los apóstoles. Yo todavía nunca he ido a la visita “ad limina”. Tenemos que presentar la realidad diocesana pero para presentar la realidad hay que conocerla, como está la liturgia, la catequesis, la caridad, cuales son las problemáticas y eclesiales, cómo está la educación, la salud, etc.

Esa es la finalidad de esta visita, donde comparto mucho con el sacerdote, el párroco, rezamos. Tengo entrevistas con los organismos de la iglesia, hemos tenido reunión con el Consejo de Pastoral Parroquial, con el Consejo Económico y vamos teniendo distintas celebraciones con los niños. Ayer por ejemplo tuvimos a las tres comunidades educativas dependientes de la parroquia. Estuvimos a la mañana en San Gabriel, reunión con los directivos, los docentes, los niños. Luego tuvimos la misa en el templo por los 60 años de la escuela parroquial “Juan Perelló” y los 50 años del Jardín Capullito, a la tarde estuvimos en el instituto Atamañuk en un encuentro con los docentes, directivos y alumnos.

Esa un poco es la finalidad de ésta visita pastoral.

-¿Ud. habló de la problemática social, qué percibió en Monte Caseros particularmente?

De momento, tenemos en el cronograma visitas para llegar a San Ramón Sur, a distintos lugares geográficos donde puede estar puesto de manifiesto esta situación.

Recién tuvimos una entrevista con el intendente, habíamos citado a autoridades que quisieran y pudieran venir. En particular estuvimos con el intendente hablando extensamente de la realidad y las dificultades que más se pueden ver en Monte Caseros.

Hemos hablado que este es un año electoral, de los desafíos de la cuestión electoral este año. Le hemos entregado los documentos que la iglesia con éste motivo de las elecciones.

Hemos abordado el tema de la Pastoral de las Adicciones, el flaglelo de la drogadependencia, del narcotráfico, vamos viendo y hablando de ésta problemática.

-Hace algunos días entrevistamos al padre Ramón sobre la droga en Monte Caseros. El afirmó que “Monte Caseros hace la vista gorda” al respecto.

Yo no tengo un relevamiento exhaustivo, el conocimiento que vamos teniendo es a través de los distintos párrocos, son los que están en la realidad, más que el obispo, el obispado es a través de…

Pero en las reuniones de prebisterio que hemos tenido hace un tiempo, de todos los presbíteros de la diócesis hay un clamor unánime de que éste es un flagelo que se ha ido instalando con mucha fuerza, a veces en las colonias o los parajes mucha gente todavía no lo habla por miedo, por pudor o por vergüenza pero que a veces puede estar más instalado de lo que nos imaginamos.

Frente a éste tema nuestro planteo es trabajar muchísimo en la línea de la prevención porque estamos convencidos que si no hay demanda tampoco va a haber oferta.

Hay que gente que ofrece la droga porque otra la demanda. Trabajemos muchísimo en la prevención, tenemos que involucrarnos todos, todas las iglesias: católicas, evangélicas…

Hay un mecanismo de negación que es muy común, es un mecanismo psicológico que a veces está muy presente…

Lo importante no es hacer mecanismos de negación porque eso no sana nada, no lleva nada, tampoco magnificar lo que no está pero sí, ser realistas.

Sabemos que donde entra y se instala es difícil erradicar. Debemos trabajar para que no se instale. Si no estuviera instalada es un éxito. Ahora si ya está instalado trabajemos en la prevención para que la gente no demande.

Nuestro triunfo será si mañana logramos que los niños, adolescentes y jóvenes digan yo he decidido no consumir, ese va a ser nuestro gran triunfo.

Para aquellas personas que ya están en la adicción, sea al tabaco, al alcohol, al juego o las nuevas tecnologías, o una adicción a la drogas, entonces, ver como ofrecerles instancias de rehabilitación.

En esto tenemos que trabajar todos el Estado Nacional, Provincial, Municipal, escuelas, las distintas iglesias.

-¿Cómo se logra todo eso en la práctica?

Sentándonos, Yo creo que tenemos que hacer convocatorias y sentarnos, empezar a capacitarnos.

Existen cursos de operadores terapeúticos, aprender a escuchar, establecer un espacio neutral para que la gente sepa que aquí hay alguien que escucha. La gente puede empezar a acercarse y allí se puede empezar a derivar, a canalizar, son las maneras de ir trabajando en esto.

Hay lugares que lo tienen más logrado, en general en toda la diócesis de Goya, del cual Monte Caseros es uno de los departamentos, todavía no tenemos.

Estamos en la etapa de sensibilización. Yo personalmente como obispo estoy muy preocupado y ocupado para que vayamos armando la Pastoral de las Adicciones, como tenemos la catequesis, la litúrgica… tiene que haber una pastoral de las Adicciones donde trabajemos muchísimo en la línea de prevención…

-¿Es difícil que los chicos que están en esa situación de vulnerabilidad asistan a la parroquia. La idea sería ir a buscarlos?

Hay que buscar ofrecer espacios, la experiencia que tengo es que la gente va lo hemos logrado en la última parroquia que yo estuve en Formosa, San Francisco. Logramos armar un equipo de prevención de adicciones. EPA Escucha.

Dos señoras hicieron el curso de operadoras terapeúticas. Había escucha para los padres y dos días por semana para los jóvenes. Empezaron a ir. Pero había otro sector dentro del mismo EPA que trabajábamos en la prevención en la escuela, en los colegios, allí se hablaba del tema con testimonios de gente que salió de las adicciones y entonces se empezaban a acercar … a los que se acercaban los derivábamos a EPA escucha y allí se los derivaba a los centros de rehabilitación.

Hay que ir haciendo una cadena, una red de ésto. Al principio va a costar pero tenemos que ir haciéndolo porque tenemos que vencer muchas cosas: el no te metás, la indiferencia, el que siempre fue así, un poco de prensa amarilla, esto es imposible salir. Todo eso es mentira.

Dentro de la diócesis de Goya tenemos en Santa Lucía, La Fazenda femenina de la esperanza. Hoy por hoy tenemos 10 chicas rehabilitándose con la propuesta de la espiritualidad franciscana focolar, del trabajo, la disciplina, la vida comunitaria y la espiritualidad, se logran rehabilitar con un nivel de rehabilitación de un 85 o 90 % de las personas que hacen el proceso.

Esta es una propuesta de respuesta, pero no es para todos, es para aquellos que accedan voluntariamente a ingresar. Está es una propuesta femenina algún día tendremos la propuesta masculina, pero hay otras propuestas también.

-¿Qué posición tiene la Iglesia sobre el caso del padre Pacheco?

Primero un respeto total y absoluto al trámite de la justicia civil como tal, la justicia tiene su competencia, su ámbito, entonces la Iglesia tiene que respetar y colaborar en todo lo que corresponde que colabore, por eso hay un respeto absoluto a todo éste proceso que la justicia civil ha llevado y está llevando adelante.

Luego la Iglesia tiene su competencia canónica en cada uno de los casos que corresponda ser llevado adelante. En esto hoy día hay mucha más claridad que décadas atrás no había, donde existen protocolos muy severos y hay una tolerancia 0 departe de la Iglesia hacia las personas que se puedan involucrar en ésto, con un acompañamiento muy cercano a las víctimas y a la familia de las víctimas. Hoy día existe ésto dentro de la Iglesia, décadas atrás no había, ni la claridad, ni la postura que la Iglesia tiene.

-¿Cuál es la situación de Pacheco en el proceso canónico?

La Iglesia en su momento inició un proceso canónico y lo sigue llevando adelante. Todavía no tiene una resolución porque la Iglesia en su prudencia espera el veredicto en lo civil. Ahora sabemos por los medios de comunicación lo que la justicia ha dictaminado, ésto podía haber sido apelado por ésta persona… bueno eso seguirá en el fuero de lo civil. Hay que esperar todos éstos procesos, la Iglesia sigue adelante por la cuestión canónica pero siempre respetando las instancias y tratando de no interferir y colaborar.

-La cuestión en éste aspecto son las víctimas si se llega a probar en la justicia que existieron abusos...

Por eso la Iglesia nos pide en éste aspecto y se ha trabajado en mucha cercanía y acompañamiento a las personas víctimas de éstas cuestiones.

-Su mensaje para la comunidad de Monte Caseros

Yo estoy dando este mensaje, como estamos en tiempo de Pascuas, Cristo ha resucitado, puede ser que tenemos un millón y medio de motivos humanos para estar tristes, desanimados, deprimidos, bajoneados porque la realidad está dura, es complicada pero tenemos un motivo divino, se llama Jesucristo,…que murió en obediencia al Padre y por amor a nosotros que resucitó que ha vencido la muerte y al pecado. Estos dos grandes enigmas que la humanidad nunca podía vencer, la muerte y el pecado, fueron vencidos por Jesucristo.

El pecado es la raíz de todos los males de la humanidad.

Esta piedra ha sido removida por el poder de la resurrección, no hay situación humana, conyugal, familiar, personal, eclesial o social que no pueda ser removida, por lo tanto esto es un grito a la esperanza.

Cristo ha resucitado, está vivo, él tiene capacidad de responder a todos los interrogantes del corazón humano.

El tiene la capacidad de remover todas las piedras que puedan estar aplastando a la humanidad y a la sociedad con el poder de la resurrección por lo tanto acerquemonos a Jesús, dejémonos encontrar por él .

El tiempo pascual es propicio para el encuentro personal, familiar, eclesial y social con Jesucristo. De ese encuentro puede salir una actitud de alegría, de gozo, de paz de victoria en todas las situaciones en las que nos encontramos.
Cristo ha resucitado y está vivo.

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