| 15/10/2016
D铆a mundial del lavado de manos
Es importante concientizar acerca de los beneficios de lavarse las manos con agua y jabón para mantenerse saludables.

El desafío consiste en que el lavado de manos con jabón pase de ser una buena idea abstracta a un comportamiento natural en los hogares, escuelas y comunidades de todo el mundo. Enraizar esta práctica salva vidas y termina siendo la intervención de salud más costo efectiva.

El Dr. Luciano Guido Vizcay, miembro de Red de Pediatras “Niños Sanos, Niños Felices” y Médico Pediatra del Hospital Alemán, hace tomar conciencia de que las manos están en contacto con innumerable cantidad de objetos y personas, que conlleva a adquirir gérmenes que pueden ser perjudiciales para la salud. Cuando una persona no se lava las manos adecuadamente con jabón, puede transmitir bacterias, virus y parásitos ya sea por contacto directo (tocando a otra persona) o indirectamente (tocando superficies y objetos). Los variados agentes infecciosos que pueden producir enfermedades como diarrea o respiratorias, pueden evitarse a través de algo tan simple y económico como lavarse las manos con jabón en los momentos claves, de una manera adecuada, ayudando a la prevención de muchas enfermedades.

Este año, la firma Lifebuoy tiene como tema principal la necesidad de inculcar el hábito en niños de 0 a 12 años, y para ello consultó a la Lic. Maritchu Seitún, socióloga especialista en niños y orientación a padres. "Hace años vienen haciéndose públicos los enormes beneficios para la salud que trae el lavarnos las manos con jabón. Pese a eso, cuesta instalar ese saludable hábito en nuestros niños. Lo que diferencia una rutina de un ritual es que el ritual tiene un sentido. El hecho de que las cosas tengan sentido nos ayuda mucho a hacerlas y también a promoverlas", afirma la licenciada Seitún.

Los padres son parte esencial en la transmisión de ese mensaje y en la formación del propio juicio de los niños. Crear rutinas “con sentido” ayuda a desarrollar hábitos y actitudes que formarán luego su personalidad. Deben funcionar como ejemplo, elogiarlos cuando lo cumplen, ser constantes, no comparar, recompensar, felicitar y estimular, motivar a hacerlo de manera divertida. Por lo tanto, es importante que empecemos a hacerlo delante de nuestros niños, ya que ellos incorporan más lo que nos ven hacer (80 a 90%) que lo que les decimos (10 a 20%).

Es importante, según la especialista, instalar el ritual como buenos “agentes de prensa”, dándole un sentido dentro de un contexto determinado, por ejemplo, antes las comidas. Es clave no forzar, sino explicar siempre el motivo, las enfermedades que se previenen, y ser constante en todos los momentos clave. Con el fin de lograr la autonomía personal en este hábito, la licenciada recomienda poner un banquito en el baño para que ellos alcancen las canillas y el jabón y puedan convertirlo en una de las acciones que pueden realizar solos, esto de por sí ya les resulta deleitable para los chicos. Con una práctica adecuada, los hábitos se adquieren de 20 a 30 días.

Modo correcto de lavarse las manos

El lavado de manos apropiado requiere de jabón y sólo una pequeña cantidad de agua. Las manos húmedas se deben cubrir con jabón y frotar toda la superficie, incluidas las palmas, el dorso, las muñecas, entre los dedos y especialmente debajo de las uñas, por lo menos durante 20 segundos. Luego, se deben enjuagar bien con agua segura y secarlas, ya sea con una toalla limpia o agitando las manos.

Una forma sencilla para que los niños puedan calcular los 20 segundos es encontrar una canción familiar que tome ese tiempo para cantarla; por ejemplo, cantar dos veces la canción del “feliz cumpleaños”.

Los momentos clave para el lavado de manos

Lavarse las manos solamente con agua no es suficiente. Los momentos críticos son los siguientes:
-Antes y después de manipular alimentos y/o amamantar.
-Antes de comer o beber, y después de manipular basura o desperdicios.
-Luego de manipular carnes crudas a otros alimentos, estén o no cocidos.
-Después de ir al baño, sonarse la nariz, toser o estornudar y luego de cambiarle los pañales al bebé.
-Luego de haber tocado objetos “sucios”, como dinero, llaves, pasamanos, etc.
-Cuando se llega a la casa de la calle, el trabajo, la escuela.
-Antes y después de atender a alguien que está enfermo o de curar heridas.
-Después de haber estado en contacto con animales.
¿Sabías que…?
-El lavado de manos con jabón, es una de las intervenciones de mejor costo - efectividad según la Global Public-Private Partnership for Handwashing with Soap (PPPHW)

- También es importante:

o Cambiar a menudo la toalla de mano.
o Las jaboneras deben tener orificios que permitan drenar la humedad del jabón para evitar la acumulación de gérmenes.
o En baños públicos: usar toallas descartables para cerrar la canilla después de haberse lavado las manos.
Tips para instalar el hábito del lavado de manos en niños
o Como en muchos temas de crianza, recordar las tres P: preparación, práctica y paciencia.
o Aprendamos a sonreír ante las inevitables mojaduras e inundaciones.
o Durante varios años, alentemos el hábito pero no lo esperemos, sigamos acompañando hasta que se instale.
o Que se acostumbren a hacerlo todos los días y antes de cada comida, así dejaremos de luchar cada vez que lo intentamos.
o Que nos vean hacerlo a nosotros y a sus hermanos mayores.
o No nos enojemos cuando no lo hicieron, pero acompañemos de vuelta al baño para que no se acostumbren a "zafar".
o Entremos también por otros sentidos: jabones con formas, colores y perfumes variados pueden resultar atractivos.
o Investiguemos bien los por qué de este hábito: son muy convincentes!.Y así lograremos insistir sin rendirnos.

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