| 02/05/2016
Aniversario del hundimiento del ARA General Belgrano
El hundimiento del ARA General Belgrano se produjo el domingo 2 de mayo de 1982, durante la Guerra de las Malvinas, a consecuencia del ataque del submarino nuclear británico HMS Conqueror. El hundimiento del crucero argentino permitió a los británicos la superioridad naval en la zona. El ataque causó la muerte de 323 argentinos —prácticamente la mitad de las bajas de ese país en todo el conflicto—. El hecho generó una polémica en ambos países, al haberse producido fuera del área de exclusión establecida por el gobierno británico alrededor de las islas. Es el único caso de un barco hundido en guerra por un submarino nuclear.

CRIMEN DE GUERRA O ACCIÓN BÉLICA

Los documentos desclasificados revelan que Margaret Thatcher buscó un gran golpe al torpedear el crucero argentino.
Punto de hundimiento del Belgrano.

Se buscaba entonces un "blanco de oportunidad" por lo menos desde hacía tres días, con la intención de dar un gran golpe que abroquelara a los británicos detrás de su decisión y colocara a la defensiva a la dictadura argentina. Y así fue cuando el 30 de abril, la primera ministra británica recibió la noticia de que el submarino nuclear HMS Conqueror había localizado el Belgrano.

El 2 de mayo llegadas las 16.00 (hora en Argentina), Margaret Thatcher se reunía con su gabinete de guerra en la residencia campestre de Checkers, cercana a Londres. Fue durante esa reunión que se dio la orden al comandante del Conqueror de hundir el crucero.

El debate sobre la legitimidad del ataque comienza cuando un mapa de la época de la inteligencia estadounidense marca que la última posición del Belgrano fue a 30 millas náuticas al sudeste del cordón de seguridad (un perímetro de 200 millas alrededor de las Islas) trazado por Londres. Esta hipótesis, es desestimada aún hoy tanto por altos mandos de la Armada Argentina que por parte de la Royal Navy británica.

En 2005 Pedro Luis Galazi, segundo en jerarquía en el buque, en unas declaraciones hechas al periódico argentino "La Capital"consideró legítima la acción del submarino HMS Conqueror. El segundo comandante del Crucero General Belgrano justificó virtualmente esa acción al señalar que se encontraban en guerra, y no tenía sentido decir que los británicos no debían atacar porque el buque argentino se hallaba fuera de la zona de exclusión, como sostienen quienes cuestionan la legitimidad del ataque. Explica además que ellos (la flota argentina) también podían entrar en combate. Revela que no poseían misiles, pero sí estaban acompañados por dos destructores y el Belgrano contaba con cañones de 20 km de alcance. Aclaró además que "la zona de exclusión" es un diagrama geográfico importante en situaciones de bloqueo, pero no en un conflicto de guerra.

Por parte británica fue Sandy Woodward, el entonces jefe de la Fuerza de Tareas británica, quien aclaró que no podían permitir que un buque de guerra argentino se acercara a una zona de exclusión en forma arbitraria para que los atacara cómodamente desde allí. Creó polémica en su momento en los medios argentinos también el hecho de que el capitán del submarino, al volver a base, izó la bandera pirata Jolly Roger. Pero éste suceso fue rápidamente aclarado por las autoridades británicas al explicar que ésta bandera representa para la Royal Navy el símbolo histórico del hundimiento de buques enemigos.

En 1993 el hundimiento del Crucero ARA General Belgrano fue denunciado por los familiares de las víctimas ante la Comisión Investigadora de las Violaciones a los Derechos Humanos, dependiente del Ministerio de Defensa de la República Argentina como un crimen de guerra innecesario. La Comisión Investigadora, con fallo dividido resolvió que la investigación del hundimiento del Crucero Belgrano no era el objeto de la investigación. Esta resolución causó una gran controversia por cuanto la resolución ministerial Nro. 220 del 2 de junio de 1993 es taxativa por cuanto dice así:

[...] destinada a investigar la posible existencia de actos violatorios a las normas vigentes en materia de derechos humanos, durante y después de los episodios bélicos acontecidos en Malvinas y Atlántico Sur a partir del 2 de abril de 1982.

La denuncia se basó en cuanto se describe en el Manual de San Remo sobre Derecho Internacional Aplicable a los Conflictos Armados en el Mar, al cual se rigen los conflictos armados en el mar.

El 2 de julio de 2000, familiares de los caídos, denunciaron a Thatcher por el hundimiento del Belgrano. La ex primer ministro del Reino Unido fue acusada por los familiares de "homicidio calificado" ante el Tribunal Internacional de Derechos Humanos de Estrasburgo. En julio de 2000 el caso fue rechazado por este Tribunal.

En 2005, Almirante Enrique Molina Pico, ex jefe del Estado Mayor General de la Armada, en una declaraciones escrita hechas al periódico argentino "La Nación",escribió:

[...]"La señora Pierini encuadró el hundimiento del crucero Gral. Belgrano como un crimen de guerra impune y no reclamado por nuestro país.

"Tengo la obligación de hacer público mi total desacuerdo. No fue un crimen de guerra, sino una acción de combate; los 323 tripulantes que ofrendaron sus vidas no fueron asesinados: murieron luchando por nuestro país, que es la máxima entrega que puede hacer un militar.

"La fuerza naval que integraba se había desplegado para realizar un ataque a la flota británica conformando una operación coordinada con otros grupos navales; el rumbo que tenía los alejaba momentáneamente de la flota enemiga, pues el almirante comandante estimó conveniente esperar un momento más adecuado. El Belgrano y los otros buques eran una amenaza y un peligro para los británicos.

"Su ubicación fuera de la zona de exclusión no implicaba retirarse de la guerra. Todos los comandantes en el mar habíamos recibido la comunicación británica del establecimiento de dicha área. El mensaje establecía en su parte final: «El gobierno de Su Majestad se reserva el derecho de atacar a cualquier nave o aeronave, dentro o fuera de la zona de exclusión, que considere un peligro para sus fuerzas». Dejar la zona de exclusión no era dejar la zona de combate para entrar en un área protegida.

"No fue una violación al derecho internacional; fue un acto de guerra y ésa fue la posición que como jefe de la Armada sostuve en 1995 ante presentaciones en distintos tribunales.

"Los problemas de política interna no regían la conducta de quienes combatían. La dotación del Belgrano fue hundida consciente de sus riesgos.

"Pensar que fueron pobremente asesinados y no que murieron en combate es ofender la memoria que merecen quienes lucharon por nosotros."

En 1992, Hector Bonzo escribió:

[...]"Como mucho de lo que se dijo fue objetivamente desacertado, en todas mi exposiciones desde el término de la guerra traté de dejarlo en claro. Tanto es impropio aceptar que el Crucero ARA General Belgrano estaba paseando por los mares del sur, como decir que el ataque del HMS Conqueror fue a traición."

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