Especial | 19/08/2014
Día nacional del síndrome urémico hemolítico
Autoridades sanitarias enfatizaron que "como no hay tratamiento ni vacuna" contra la enfermedad "lo fundamental es trabajar en la prevención, desde el faenamiento de ganado hasta el consumo doméstico".

"Si bien la Argentina es uno de los países del mundo con más casos de SUH, éstos se redujeron casi a la mitad en los últimos años, ya que en 2010 teníamos unos 500 y en 2013 se registraron unos 300", precisó a Télam Ana Speranza, directora de Maternidad e Infancia del Ministerio de Salud de la Nación, con motivo del día nacional de lucha contra la enfermedad.

La bacteria que provoca la patología, que afecta principalmente a niños de entre 9 meses y 5 años, se asocia al consumo de carne picada mal cocida, pero también puede estar en frutas y verduras mal lavadas o en leches no pasteurizadas.

"La bacteria, llamada Escherichia Coli, produce la toxina `Shiga`, que se manifiesta principalmente en forma de diarrea líquida y luego sanguinolenta y que puede curarse sola o generar cuadros renales y neurológicos severos y comprometer órganos como intestino, páncreas o corazón", apuntó Speranza.

La funcionaria detalló que "el país presenta gran cantidad de afectados debido al alto consumo de carne, en especial vacuna", y a la "probable falta de higiene en el faenamiento del ganado".

"Como no hay tratamiento ni vacuna contra la enfermedad, se trata fundamentalmente de trabajar en prevención, desde las prácticas de higiene en el faenamiento del ganado hasta el control en la producción de alimentos y en las tareas domésticas", apuntó.

Speranza explicó que "como la bacteria muere a más de 70 grados, se sugiere cocinar bastante la carne, hasta que no se vea roja, antes de consumirla".

"Otra medida de prevención es evitar la contaminación cruzada, es decir, no picar carne cruda en la misma tabla donde se pican los vegetales, por ejemplo, y consumir lácteos pasteurizados y agua potable o hervida", subrayó.

Además sugirió mantener los alimentos a temperaturas adecuadas, lavar bien frutas y verduras antes del consumo y lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón cuando se preparan alimentos, se manipula carne cruda o antes y después de ir al baño.

En cuanto al contagio de persona a persona, Speranza explicó que es "oral fecal: si el afectado no se lava bien las manos después de ir al baño y luego toca a otro puede contagiar, porque no hay vía inhalatoria sino que se pasa a través del tacto".

El síndrome es causado por toxinas bacterianas que producen lesiones en los pequeños vasos sanguíneos y afectan fundamentalmente a los riñones, pero también al sistema nervioso central y al aparato gastrointestinal.

Los síntomas son diarrea acuosa -que luego se hace sanguinolenta-, vómitos, fiebre y a veces insuficiencia renal aguda, anemia hemolítica, trombocitopenia, disminución de la orina, hipertensión y problemas neurológicos.

Si bien el 60 por ciento de los enfermos se recupera sin secuelas, un 30 por ciento del resto permanece con trastornos menores y el cinco por ciento evoluciona hacia una insuficiencia renal crónica, con la posibilidad de necesitar un trasplante renal.

"El SUH es el responsable del 20 por ciento de los trasplantes de riñón en niños y adolescentes en el país, por lo que es sumamente importante seguir trabajando", refirió Speranza.

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