El valor del trabajo doméstico, hasta hoy no incluido en el PBI. Este aporte de las mujeres, que se intensifica en situaciones de crisis como la que atravesamos, ayudando a amortiguar sus impactos, beneficia a la población toda y a la economía en su conjunto. Paradójicamente sus protagonistas, que entregan sus esfuerzos con solidaridad y altruismo, afrontan una situación de vulnerabilidad y desprotección económicas, acentuada por los efectos del ajuste estructural que recorta servicios públicos y traslada responsabilidades adicionales al ámbito doméstico.
Esto configura una deuda del país para con las mujeres, pues ellas sin ningún pago producen bienes y servicios sin los cuales éste no podría funcionar. Se estima que, sólo en la década de los 90, esta deuda asciende a unos 40 mil millones de dólares, sin considerar intereses.
Esta deuda con las mujeres no debe seguirse acumulando. Para corregir esta situación de injusticia económica y social se requiere fortalecer y ampliar significativamente la cobertura y calidad de servicios públicos de salud, educación, cuidado infantil, seguridad social. Es igualmente importante que se redistribuyan las responsabilidades domésticas en la familia y en la sociedad, para que dejen de ser tareas preponderantemente femeninas.
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Hipólito Irigoyen // ----