El suboficial Fabián Galarza declaró en el marco de la causa donde se investiga las circunstancias en las que su concubina y un hijo fueron baleados en el interior de una vivienda en la localidad de Curuzú Cuatiá.

El efectivo insistió en que se trató de un accidente, sin embargo las pericias realizadas en la casa y testimonios recogidos por la pesquisa, determinaron que los disparos se produjeron en una situación de violencia. Se cree que previo a la balacera hubo una fuerte discusión.
Es por eso que el juez de Instrucción y Correccional de Curuzú Cuatiá ordenó cambiar la carátula de la causa por homicidio agravado por el vínculo en grado de tentativa. Así es que el efectivo continuará detenido en una dependencia de esa localidad.

Su pareja, Claudia Regner, de 29 años, oriunda de Santa Fe, sigue internada en la sala de terapia intensiva del Hospital Vidal. Su estado es estable, pero el disparo le perforó el intestino delgado y el colon.
En tanto el menor de 8 años también continúa internado en el Hospital Fernando Irastorza. Al pequeño le extirparon el bazo y el riñón izquierdo. Además fue intervenido en su brazo izquierdo debido a una fractura en el radio.

Por su parte, el jefe de la Unidad Regional III, comisario mayor Luis Alberto Almirón, manifestó que le extrañó la actitud del suboficial Galarza.
“Este funcionario policial es ascendido de la última promoción, oriundo de Sauce y radicado en nuestra ciudad. Siempre se les da indicaciones a los futuros cabos sobre el uso del arma de fuego, y le manifestamos que es un peligro manipular armas, y para la institución es algo inesperado pero es una realidad, y ver esto es un caso doloroso para la Policía”. El jefe de la unidad agregó que “hace un mes se les entregó el arma, pero ya había sido capacitado en la escuela de Cabos; él ya sabía cómo y cuándo usar el arma, además ya tenía conocimiento porque también fue soldado voluntario".

Fuente: El Litoral